viernes, 2 de septiembre de 2016

Sánchez pastor de almas


Uno de los graves problemas de la no existencia de división de poderes, es decir, a Dios lo que es de Dios, y a César lo que es de César; es que a éste se le acumula todo el trabajo. Y claro, lo primero es solucionar lo sagrado. De ahí que lo profano ande hecho unos zorros.

El inconveniente añadido de la concentración de poderes es que el Único que queda no tiene experiencia en resolver los nuevos asuntos que jamás trató, léase, el perdón, la confesión, la penitencia..., lo que acaba provocando que los reenvíe a la sección judicial del Poder, creada expresamente para guardar y archivar aquello que se ignora qué hacer con ello.

Eso o celebrar sacrificios laicos en palacios del Estado.

Viene a cuento lo anterior porque en el día de la segunda votación al candidato a Presidente de Gobierno, unos dicen realizar un acto político pero otros se aprestan a ejecutar un fallido pastiche religioso, en concreto, la ceremonia del fracaso del Pastor Sánchez en lograr la purificación, vía renuncia, del corrupto y malvado Rajoy en el templo del Congreso de los Diputados.   

El chafarrinón de un candidato frustrado pero que conserva el Poder y de un santurrón con traje y corbata que no logra la expiación del réprobo, es consecuencia inevitable de la confusión entre lo mundano y lo sacro.

Y como la cabra tira al monte y el hombre busca la trascendencia, ya dije más arriba que lo primero es estar a bien con lo sagrado aunque se hunda lo profano. O lo que es igual, de la solemne casona de la madrileña carrera de San Jerónimo no saldrá un Gobierno hasta que el actual César purgue sus pecados.   

Pero, ¿a quién se le ocurre mezclar la corrupción y los Presupuestos Generales del Estado?

¿Qué tiene que ver la condenación de Rajoy con el déficit público, el poder adquisitivo de las pensiones o la renovación de la Comisión Nacional del Mercado de Valores?

No crean que no comprendo al Pastor Sánchez.

Yo entiendo que su desvelo esté motivado por lograr que Rajoy renuncie a sí mismo, que se prepare para una vida mejor, a ser posible con visitas cada quince días a la Audiencia Nacional para que el juez de guardia controle su libertad provisional.

Pero esa ascesis que quiere aplicar al Presidente en funciones por ver si le transforma en un hombre perfecto, esto es, en un honrado y abnegado político del PSOE, es imposible de lograr por medios políticos, por la sencilla y humilde razón de que la política parlamentaria ni salva ni purga ni expía. 

¿Nos debemos conformar entonces con que las leyes del Estado Caníbal lleven de manera indefectible la firma de supuestos herejes tan pérfidos como el susodicho Rajoy? 

¿Acaso importa? -respondo-.

Suponiendo que sí, debemos saber que para lograr la pureza de alma de nuestros políticos antes tendremos que crear medios "ad hoc" para un mundo antieclesiástico y superpolítico.

Quien lee el blog sabe que soy más partidario de la confesión (aunque al modo socialista, es decir, pública y gratuita), que de los ropones como forma de dirimir responsabilidades políticas.

Incluso creo que lo mismo que hay un Estatuto de los Trabajadores, habría que decretar un Estatuto del Político Arrepentido en el cual se detallaría con minuciosidad el procedimiento por el cual el cargo público inmoral deja de serlo y pasa a convertirse en una persona reconciliada consigo mismo y con sus semejantes. Me atrevo a publicar un borrador del Estatuto en éste marco. 

Pero antes de que la ya mundialmente famosa Comisión Ejecutiva Federal del PSOE se reúna unas cuantas veces más y apruebe las nuevas instituciones de depuración, que no debieran ser estrictamente judiciales, políticas ni religiosas, aunque sí desarrollarán procesos que tendrán efectos políticos y antecedentes religiosos, el Pastor Pedro debe entender que el cielo y la condena de Rajoy pueden esperar, pero los señores del maletín que vienen de Bruselas y los españoles, por éste orden, no. 

twitter: @elunicparaiso

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