lunes, 1 de agosto de 2016

La paradoja del mediocre a cuenta de "ciudadano Felipe"


El artículo que hace el número cien del blog pretendía que fuera algo especial.

Pero como no voy a hablar de la geografía ni de nuestras tradiciones, mi gozo en un pozo. O lo que es igual, el post no puede tratar más que de la rampante mediocridad. 

¡Qué le vamos a hacer!

El caso es que un dizque comunista se jacta con facundia de considerar a Su Majestad Felipe VI como "ciudadano Felipe".    

Entiende el aristócrata de los Presupuestos del Estado que con ello pone al monarca "en su sitio".

¿Pero qué hace el prócer al cambiar el tratamiento del Rey?

El objetivo, viniendo de un orgulloso republicano de la II República, no puede ser otro que rebajar el rango del titular de la Corona. De Su Majestad a ciudadano. 

El problema de semejante sustitución es que el diputado siniestro, queriendo degradar la institución de la Monarquía, lo que está haciendo es echar por tierra la condición de ciudadano.

"¡Felipe, no eres más que otro ciudadano!", -sería el mensaje escasamente subliminal del orgulloso izquierdista.

Parece ser que ésta ocurrencia resulta graciosa a los medios de información afines al comunista, que no pierden oportunidad de resaltarla cuantas ocasiones se tercien.

La verdad es que un servidor no le encuentra la gracia por ningún lado, aunque la importancia de quien esto escribe se aproxima a cero.

Lo realmente grave para el chistoso es que Saint-Just, el célebre revolucionario francés que seguro nuestro protagonista tanto admira sin saber por qué, consideraría el sarcasmo una infamia, un delito precisamente contra los ciudadanos y contra el pueblo.  

Saint Just, veinteañero que ejerció de acusador en la Asamblea contra el luego guillotinado Luis XVI, en su famoso discurso dejó dicho que la monarquía no es un rey, sino "el crimen de realeza" y que la soberanía del pueblo era "cosa sagrada".

Pero sobre todo gritó al cielo que lo que en ningún caso era el rey era "un ciudadano". "¿Qué es un rey comparado con un francés?" -sentenció-.

Los ciudadanos para Saint Just eran sujetos políticos que determinaban la voluntad común..., excepto el rey, ajeno por completo a la voluntad omnipotente del pueblo.

Los defensores de Luis XVI en la Asamblea aceptaron el argumento de los jacobinos y pidieron que fuera el pueblo soberano quien tuviera la última palabra sobre el destino del monarca.

Lo que fue respondido con la célebre diferencia entre "voluntad general" y "voluntad de todos", es decir, aunque todos perdonasen, la voluntad general no puede hacerlo.

La víctima (el pueblo) no puede perdonar al culpable (la Monarquía), y dado que el Rey va unido a la institución, la ejecución del monarca es la única forma válida de dar por finiquitada a la Corona y por reparado el crimen de realeza.

Siguiendo la estricta literalidad de las palabras de Saint Just, es obvio que el funcionario político patrio admirador de Saint Just habría sido enviado a la horca por Saint Just por considerar al monarca un ciudadano, esto es, una persona con derechos políticos capaz de concurrir a la formación de la voluntad general.

Sin embargo, ¡oh paradoja!, por blasfemar contra la república y el pueblo al considerar al Rey Felipe VI un ciudadano, el político perdonavidas que se declara republicano pasa entre sus votantes y entre los que no lo son por ferviente antimonárquico.

El hombre moderno se constituye en sujeto político porque no quiere ser lo que es.

La novedad histórica consiste en que quiera ser alguien peor de lo que realmente es.

Artículo centenario y centenares de políticos mediocres y analfabetos rabiosamente orgullosos de serlo.

¡Lo hemos conseguido!



Saint Just seguramente fue catalán, rama "indepe".
Por lo visto algunos diputados catalanes han decretado la independencia unilateral de Cataluña proclamando la soberanía absoluta del Parlament, obviamente sin que el pueblo al que tanto apelan les haya dado su aprobación.

No obstante, conociendo la diferencia establecida por Saint Just y sus camaradas entre "voluntad general" y "voluntad de todos", ¿algún lector piensa que si los ciudadanos de Cataluña se opusiesen a la voluntad general de Puigdemont, Mas y Junqueras éstos amantes del género humano catalán les harían caso y se irían a sus catalanas casas?

twitter: @elunicparaiso

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