martes, 30 de junio de 2015

Menos políticos con más sueldo


Ahora que el arte clásico ha desaparecido porque el artista se ha quedado sin movimientos, sin grupos, sin escuelas; ahora que el artista ha logrado quedarse solo en su absoluta individualidad para que al Estado en el que tributa le baste para destruirle un leve soplo, la única manifestación artística digna de consideración son los debates televisivos entre políticos, genuinos "ready mades" duchampianos.

Si el "ready made" es un objeto no artístico al que el artista le otorga identidad de arte (un urinario se convierte en una obra de culto porque un artista logra situar una fotografía del mingitorio en un museo), las cadenas de TV son una fábrica de "ready mades"  al transformar un objeto no artístico (un político español) en una caricatura grotesca, que es el arte característico del s. XXI.   

El sábado 20 de junio me dio la razón Carolina Bescansa (1), podemita e intelectual en el peor sentido de la palabra, esto es, docente universitaria con ínfulas de superioridad moral por defender ideologías que asesinan a masas; al acusar a los políticos que le acompañaban en la tertulia de humoristas.

Uno de los más graciosos "ready mades" que ha producido TV en lo que va de año 2015, es ese coro de políticos repitiendo la inaguantable monserga populista de que en un país con más de 145.000 personas viviendo de los partidos políticos http://www.elmundo.es/economia/2013/11/10/527d579063fd3d281b8b457f.html la solución para frenar el vampirismo político que sangra al pueblo es que los políticos sigan siendo vampiros, pero poco, esto es, que se bajen el sueldo..., aunque el número de sanguijuelas siga aumentado hasta el infinito y más allá.

Pues bien, la nueva clase política reconvertida en chirigota jamás habla de reducir las plantillas de políticos un 50 o un 75%. Ni de eliminar o concentrar Ayuntamientos para que un mismo alcalde gestione varios municipios. 
Les basta con cobrar menos.
Llevado el argumento al absurdo, ¿por qué no se obligan a no cobrar nada? Así el coste sería cero y sólo los ricos ocuparían los cargos públicos.
Yo propongo de forma solemne todo lo contrario: la solución al dispendio en gasto de personal político no consiste en reducir jornales, sino en subirles el sueldo, luego de una drástica reducción de su número.
Lo de eliminar políticos como forma de ahorro no creo que necesite más explicaciones, pero quizás sí lo de aumentarles el sueldo.   
El salario de los políticos siempre será objeto de discusión, pero lo que nadie objetará es que un político incompetente ofrece garantía plena de ruina económica para todo un pueblo.
Oigo a los nuevos alcaldes los programas electorales que se proponen aplicar y entre medias de la farfolla sólo se extrae una verdad: esos hombres han preparado de forma minuciosa la bancarrota de su pueblo (planes de vivienda protegida, subvenciones, nuevos planes "E"...), por la módica cantidad, eso sí, de dos mil y pico euros mensuales netos.    
¿Esos ciudadanos que jalean al inútil que presume de bajarse el sueldo como su mejor argumento, son conscientes que les saldría mucho más barato pagar al mejor gestor de su pueblo el doble de lo que gana en su actividad profesional y eliminar al 90% del personal político, concejales incluidos, que pulula por los consistorios? 
La intelectualidad que se cree regeneracionista no deja de reclamar una nueva ley de partidos para que éstos sean democráticos y así mejore la calidad de nuestro sistema político.
Pues bien, como yo no soy intelectual no puedo estar más en desacuerdo con la intelectualidad y considero que hay que hacer todo lo contrario.
A saber:
Que cada municipio vote en referéndum qué vecino es considerado el más apto para gobernar el pueblo.
El vecino elegido, sea de un partido político o no, se haya presentado en alguna lista o no, será el alcalde, lo quiera o no, de ese pueblo durante dos años, renovable en nuevas elecciones sólo por otro dos, recibiendo a cambio un sueldo máximo igual al doble de lo que reciba por su actividad privada.

Me atrevo a decir que ni el 5% de las personas que hoy ocupan cargos públicos podrían superar este criterio, es decir, ser nombrado por sus vecinos como la persona más eficiente, más capaz, mejor (aristos), en una palabra. 
¿Que quién controlaría al político así designado? Los ciudadanos de cada pueblo teniendo noticia de cada una de las decisiones adoptadas por sus cargos públicos. El control le asegura la transparencia y la publicidad, no el número de políticos.
El irreprochable método democrático de elección se vería reforzado porque gobernarían los mejores.
Desconozco lo que gana el máximo ejecutivo de, por ejemplo, Zara. ¿Pero alguien duda que Pablo Isla (Pte. de Zara) sería mejor presidente del Gobierno que Zapatero, que Rajoy, que Pedro Sánchez o que el tal Iglesias?, ¿alguien duda que nos saldría más barato pagarle su actual sueldo a Pablo Isla que mantener a la camada oligárquica que le ríe las gracias a la caterva de políticos que he citado? 
Cuando un artista sin oficio ni beneficio, travestido de aspirante a político, quiere vivir a su costa con el argumento de que se va a bajar el sueldo, hágame caso: échese las manos a los bolsillos y salga corriendo antes de que le roben el dinero.
Y es que el arte no está muerto, sólo ha mutado en impostura.
El arte del s. XXI ni se crea ni se destruye, sólo se transforma en cada proceso electoral.
La nueva tendencia es una compañía de cómico-políticos que van de pueblo en pueblo, de televisión en televisión, cosechando éxitos con una obra cuyo argumento principal es que van a ahorrar gastos a las audiencias bajándose los sueldos.    

No obstante, esperen cuatro años y podrán comprobar que, a pesar de la rebaja de salarios, el número de políticos y el gasto público para mantenerlos aumentará.   
Compitiendo con artistas de la talla de alcaldesas que dicen reducirse su nómina (y el de sus concejales) a no más de 2.000 euros al mes, pero que nombran asesores a sus familiares o crean concejalías ruinosas tan demandadas por sus votantes como Ciclo de la Vida, Feminismo y LGTBI, podemos colegir sin equivocarnos que hoy Cervantes, Velázquez o Gaudí malvivirían friendo espárragos en "El Bulli" a las órdenes de algún becario del mayestático Adriá.



(1) Si no me cabe la menor duda de que los políticos del Partido Popular son cómicos de la legua, qué decir entonces de la profesora Bescansa, miembro de un partido político transfigurado por obra y gracia de sus intervenciones televisivas en un auténtico club de la comedia en el que destaca el fino estilista de la chocarrería Guille Zapata, dizque artista convertido en político (otro "ready made" pero al revés, y es que el arte no quita el hambre), que para demostrar los límites del humor daba allá por 2011 con la fórmula exacta para introducir a millones de judíos en un 600.  Ja, ja, ja, Zapata, muy malo, malísimo. Pero ya sabes, el que no valga para artista siempre le queda la vergonzosa forma de ganarse la vida como Concejal de Cultura cesado.




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jueves, 11 de junio de 2015

C´s y el momento constituyente

          
        Para Marian

       Tenía previsto escribir un artículo acerca de la epistemología de las hipótesis en ciencias sociales.

       El motivo no era otro que analizar, luego de celebradas las elecciones locales y autonómicas del pasado mayo, el cumplimiento de la entrada titulada "La Gran Coalición", que publiqué en marzo de 2012 augurando una Grosse Koalition cañí PP-PSOE en 2015 como única forma de neutralizar "el juego del gallina", ley de oro de los sistemas políticos basados en la competencia electoral.        http://elunicoparaisoeselfiscal.blogspot.com.es/2012/03/la-gran-coalicion-i.html   

          El artículo apareció en el libro "El único paraíso es el fiscal" y fue glosado, entre otros, por Pablo Molina en Libremercado http://www.libremercado.com/2014-07-11/pablo-molina-el-paraiso-fiscal-es-la-solucion-72840/ y por Carlo Gambescia en su magnífico blog http://carlogambesciametapolitics2puntozero.blogspot.it/2015/01/il-libro-della-settimana-jorge-sanchez.html

          Tendré que dejarlo para otro día, pues aunque sí voy a hablar de la Gran Coalición, lo urgente es consolar a una votante de C´s que se siente estafada por el apoyo de su partido al bipartidismo PP-PSOE.

         La pregunta que surge es: ¿podía hacer otra cosa C´s que apoyar a Susana Díaz en Andalucía y a Cifuentes en Madrid?
             
             No y sí.
           
            El motivo del "no" lo proporciona el genial Raymond Aron, que a propósito de los reproches que tantas veces recibió por los compañeros dudosos que le acompañaban en sus luchas políticas contestaba lo siguiente: "escogemos a nuestros adversarios, no a nuestros aliados".  
           
        El partido de Rivera al apoyar a Díaz y Cifuentes no ha elegido como aliados a PSOE y PP, sino que ha designado como enemigo a Podemos.
           
            Y como el enemigo de mi enemigo es mi amigo, PSOE y PP aparecen como aliados de C´s, lo quiera éste o no. Que no creo que lo quiera.
         
           Esto sería suficiente para entender la postura de Ciudadanos, cuyo principal objetivo ha demostrado ser neutralizar el "juego del gallina" (gana el loco, pierde el cuerdo) con el que amenazan tanto el nacionalismo periférico como el frentismo ideológico liderado por Podemos.   
           
       C´s ha utilizado su derecho a la legítima defensa contra la ultraizquierda chavista, contra el Frente Popular que sólo entiende la sociedad como un juego de suma 0, esto es, si alguien gana es porque otro pierde.
    
          Y lo ha hecho ejerciendo lo que Max Weber llamaba "ética de la responsabilidad", pues C´s no albergaba dudas con respecto a que aparecer como el salvavidas de la casta supondría un notable desgaste para el partido.

          No ignoraba que la "auctoritas" ganada en su lucha contra el nacionalismo identitario la perdería en cuanto le identificasen como el recién llegado al reparto oligárquico.

            Y sin embargo, no ha dudado en tomar la decisión.

           Ahora bien, también es cierto que Ciudadanos sí podría haber exigido más al PSOE  y al PP a cambio de ser el dique contra Podemos.
   
             Sus pretensiones de regenerar el sistema político exigiendo democracia interna a los partidos es de un infantilismo pocas veces superado, pues hace ya más de un siglo que Robert Michels dejó escrita su famosa ley de hierro de la oligarquía. http://elunicoparaisoeselfiscal.blogspot.com.es/2013/06/la-democracia-no-necesita-partidos-con.html

           En cuanto a la eliminación de los imputados de las listas electorales está muy bien y es necesario, pero absolutamente insuficiente.

             Precisamente la dificultad de que en las listas de populares y socialistas no haya imputados le debiera haber hecho reflexionar a C´s de una evidencia: el sistema es irreformable porque ha llegado a su fin.

             Me preguntarán si no es una contradicción el hecho de que justifique el apoyo de Ciudadanos a PP y PSOE para salvar el régimen cuando doy por amortizado a éste.

          No lo es, en tanto en cuanto el sostenimiento del bipartidismo PP-PSOE sólo sería un mal menor, la forma de ganar tiempo para que se abra un proceso constituyente que dote al país de un nuevo régimen político.

       Ese es el plus que C´s necesita para que su apoyo a los partidos de la llamada casta no se entienda como traición a su electorado.

       El destino del PP y del PSOE es conformar una Gran Coalición después de las próximas elecciones generales como último burladero, el último estertor del régimen.

           Para no ser víctima involuntaria de la caída de los partidos antiguos, C´s debe explicar su apoyo al sistema que perece como una decisión excepcional para evitar el triunfo de los demagogos irresponsables, bien nacionalistas bien bolivarianos. Pero también como el pistoletazo de salida de un proceso constituyente que necesitará un tiempo prudencial para que el pueblo entienda que el régimen político que les conviene no es el neocomunista de Podemos, ni el de la ruptura del país que venden Mas y sus monjas alférez, sino uno presidencialista y representativo, esto es, con sistema electoral mayoritario, que ponga fin a los chantajes de tahúres llamados eufemísticamente pactos poselectorales.   

         Si lo hace arrastrará toda la mayoría social que quiere el cambio. Toda, incluida la que aún conservan el PP y el PSOE.

         Si no lo hace, si no se atreve, si entiende que su papel no pasa de ser la bisagra tardoreformista del bipartidismo exangüe, C´s será la UPyD bis.

                   
            La Historia reserva un destino a España: el fin a muy corto plazo del régimen fruto de la Transición.

            En manos del volátil azar está quién elegirá la dirección del cambio.

              Hasta hace unos meses pudo ser UPyD.

         Ahora las posibilidades se reparten entre la Syriza bolivariana aglutinada por los "tontos útiles" de la "Complu" o C´s.

           ¿Ayudará el equipo de gala de Rivera a la Fortuna, mediante el liderazgo de un proceso constituyente, para que la Diosa les conceda el triunfo?    

         ¿Morirá en el naufragio del vigente régimen que se producirá cuando se extinga la Gran Coalición que sustituya al Presidente Rajoy?


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lunes, 1 de junio de 2015

Argumentos para la Gran Coalición.


            El principal objetivo de Podemos consiste en exterminar a la casta para apoderarse del Poder.

            No lo digo yo, sino que es la propia denominación del partido quien nos lo advierte, pues Podemos no es otra cosa que la primera persona del plural del presente de indicativo del verbo Poder.

            Pero esta idea tan atractiva para el pueblo de que una organización política pretenda terminar con una clase dirigente esencialmente inútil salvo para robar, tiene la contrapartida de los absurdos programas electorales del referido partido o de sus aliados, y que a muchísima gente le provocan miedo.

            Los términos de la ecuación podemita serían algo parecido a "ayudarnos a quitar a los malos para poner a los buenos, aunque los buenos vayan a poner en práctica políticas que consideráis malas".

            El saldo neto de tan lamentable trato ("corta cabezas y haz lo que quieras") prueba el grado de hastío de los ciudadanos, pero también la falta de legitimidad de nuestro sistema político porque, aun existiendo consultas electorales periódicas, no recluta ni selecciona a los mejores gobernantes posibles, ni controla a los elegidos que son capaces de arruinar el país.  

            Por tanto podríamos dejar sentada una primera verdad.

            Puesto que el fin primero de Podemos es acabar con los que ellos califican de malos y quedarse con el Poder, el prestigio o la autoridad de Podemos no lo otorgan sus políticas sino la eliminación de la casta.

            El grado de justicia que pueda derivarse de sus políticas es algo de segundo orden para sus líderes y para gran parte de sus votantes, pues la única justicia que reconocen es sustituir a la clase dirigente que hoy ocupa el Poder.

            Podemos no lucha contra la casta por realizar ideales principios de justicia, sino simplemente porque quieren heredar su Poder, y en la medida en que quieren acabar con la actual clase política consideran que su lucha política es justa en sí misma.

            Para Podemos ni siquiera la democracia es justa, pues la justicia de la democracia está supeditada a que logren alcanzar el Poder. En caso contrario, será un instrumento de explotación de la clase dominante a la clase trabajadora.

         Esta idea de justicia como toma del Poder es lo que explica que no tengan reparos en proclamar barbaridades tales como que limitarán la libertad de prensa o que legalizarán de facto la ocupación de inmuebles, pues saben que el único concepto de justicia que hoy entiende un sector importante de la población es poner fin a la actual clase dirigente, más allá de la sinrazón de alguna o de todas las medidas propuestas por los aspirantes a sustituir a la casta.    

          En suma, la iniquidad del programa político de Podemos no constituye obstáculo para que una parte de la ciudadanía les otorgue su confianza, pues ésta asume que el precio que tendrá que pagar por eliminar a la clase política es sufrir y avergonzarse de alcaldesas como Colau o Carmena.            

       La segunda verdad es que el coste por la renovación de la élite gobernante en realidad supone una agenda política no sé si comunista, pero desde luego populista, demagógica, chavista que se puede resumir en la frase "los políticos saben hacer mejor las cosas que el pueblo".        

        Es el Populismo Ilustrado.     

       ¿En qué consiste esa sabiduría de los podemitas?

      Básicamente en no pagar la deuda contraída y contraer otra nueva para gastarla en ilustrarnos. Nuevos y cuantiosos "Planes E" zapateriles como política económica y social.    

        ¿Creen que es una broma?        

      No. Mi humor no pretende ser macabro.

      Lean y escuchen lo que dijo ayer sábado en televisión Carolina Bescansa, líder de Podemos:    
        "Es necesario que haya un impulso al crecimiento QUE VENGA DE ALGÚN SITIO. Ahora mismo no puede venir del sector privado porque el nivel de endeudamiento privado es demasiado elevado. Por tanto, la única posibilidad es que sea el sector público el que haga un esfuerzo inicial para inyectar ALGUNA FORMA DE CRECIMIENTO a esta economía. Con este pago de intereses de la deuda es inviable". https://www.youtube.com/watch?v=bPLqSF-qMUs (minuto 1:25 al 2:00).

         La eliminación de la clase política actual que prometen los Populistas Ilustrados trae debajo del brazo veinte vueltas de tuerca al intervencionismo estatal, al Estado Caníbal, en forma de nuevos impuestos, incrementos de la deuda pública y gasto libérrimo decidido por los sabios de la Complu (sólo de escribirlo tiemblo). 

        Punto y seguido a las obviedades.

       Por desgracia ningún país está libre de tener que afrontar a lo largo de su historia  partidas decisivas del "juego del gallina", aquellas donde uno de los jugadores no teme el suicidio en su lucha por ganar. 
          http://elunicoparaisoeselfiscal.blogspot.com.es/2012/03/la-gran-coalicion-i.html            

       Lamentablemente España tendrá que jugar una en los próximos meses. Y habrá que jugarla para neutralizarla.  

        Como en toda gran competición sólo habrá dos bandos.

            Uno lo integran los Populistas que se consideran Ilustrados, que ya están organizando su Frente Popular, que no es más que una Gran Coalición de izquierdas.
http://politica.elpais.com/politica/2015/05/31/actualidad/1433091082_326775.html            

     El otro grupo estará formado por los enemigos de aquéllos, que conformarán otra Gran Coalición, en la que no faltará el PSOE aunque Pedro Sánchez aún no lo sepa o finja no saberlo.

         Porque sin duda la constituirán dado que el tiempo de preguntarse si la habrá o no ya pasó.     
     
       Sólo queda establecer para qué, cómo, cuándo y durante cuánto tiempo.                   
       La seguridad de una Gran Coalición era la última verdad.    
       Punto y final.
    


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